LA VIDA POR EL DARDO
Ante el delirio de la muchedumbre, El Dardito salió al balcón y dijo:
"Cuando fenezca no quiero exámenes de ADN. El negrito es hijo mío, y me la banco. La rubiecita que está a la derecha también fue un descuido mío. Ahhh y a los trillizos mitad coreanos también les doy mi apellido. Porque no soy ni traba ni machista, poblacionista. Y por cada uno de nosotros, quiero cinco de ellas".
Clap, clap, clap. Dardó, Dardooó, que grande sos, vos ya tenés, noventa y tres...